Este sábado nos invitaron a comer. Lo interesante fué que comimos en un rancho agrícola. Y lo diferente fué que el medio de transporte era un Piper Cherokee de 4 plazas. GPS, radios, 4000 piés de altura, montañas, 150 nudos, IPOD, vientos cruzados... y al cabo de 20 minutos estabamos aterrizando en el rancho.
No puedo dejar de miencionar las riquísimas tortas francesas, los deliciosos rib-eyes argentinos y el abundante vino español. Todo servido con la más fina cuchillería en elegantes mesas, con copas de cristal y cómodas sillas..., jeje.
Gracias a Gerardo y Juan Manuel por la excelente piloteada, y a Eduardo por la invitación a su rancho.
Cargando gasolina...

Dos locos...

Los excelentes pilotos...






Estas dos fotos las tomé desde el Piper Cherokee, lástima que no traía un lente con mejor zoom.

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