Las he usado en los peores calores, en nieve, arena, polvo, agua, etc. Un día, tomando fotos en la playa, me distraje y una ola cubrió completamente la cámara (una Nikon F100), corrí al cuarto a desarmarla y secarla y..., listo!, siguió funcionando como nueva.
A Camila le encanta estar hecha bola dentro de esta bolsa que se cualga de los hombros.
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